Magdalenas para Magdalena. Una silla nueva.
La clave está en la pata trasera. Un arco que son dos patas pero visualmente se siente como una.
Pasaron meses y después años, el éxito de Tucurinca aportó significativamente a la proliferación de sillas tejidas en plástico que hoy satura mercados locales..
Era difícil, más difícil que cualquier otra cosa que hemos hecho en nuestra torre de Santa Marta. Patas en V, una sola pieza, ensamble con incrustación, 1.8m de Tumbona.
Madre solo hay una, de esto trata. Quería una silla para amamantar; una silla para la madre.
PUPITRE. Entonces yo le dije a mi tío Poncho que quería hacer las sillas.
-Eso es fácil!, me dijo.
Y me llevó a esta casa en Pescaito.
La fábrica de pupitres de Cristo Miranda donde Henrry hizo la primera Tucurinca.