A mí me gusta pensar que desenterramos la silla tejida de una esquina polvorienta de la memoria para modernizarla y sacarla al mundo.
Llegando a la bahía de la Concha te metes a mano derecha, pasas con cuidado por la tribu de pescadores mototaxi hasta llegar a un camino secreto. Caminas por ahí unos minutos hasta la primera...
En la extensa metrópolis de un futuro distópico, donde el contacto humano ha sido reemplazado por el frío abrazo de las máquinas, emerge la Silla de Acero FINCA X.
Hablar de nuestra región es emocionarse de inmediato; paisajes de picos nevados que se adentran en el Mar Caribe, ríos que discurren por el bosque tropical seco y piedras monolíticas que nos trasladan a la historia.
Magdalenas para Magdalena. Una silla nueva.
La clave está en la pata trasera. Un arco que son dos patas pero visualmente se siente como una.