Así nació TUCURINCA



Así nació TUCURINCA

Hace unas semanas subí un video a instagram contándoles cómo se creó Tucurinca. Hablé de nuestra historia, de dónde nacieron el nombre y la idea, mostré las primeras sillas que hicimos, les conté un poco de la inspiración detrás de todo, de los procesos y de nuestra evolución hasta hoy. 

El video gustó, pero también generó bastante controversia y sigue dando de qué hablar. Algunas personas dicen que nos copiamos de algo que ya existía o que no hemos inventado nada. A mí me gusta pensar que desenterramos la silla tejida de una esquina polvorienta de la memoria para modernizarla y sacarla al mundo. Y hoy Tucurinca no es solo un referente de la silla tejida—The Original Caribe Chair sino que va evolucionando a convertirse en The Original Caribe Brand. 

De la Zona Bananera para el mundo 

Todo empieza en una finca de la Zona Bananera, la finca de mi abuelo, en un corregimiento del Magdalena atravesado por el río Tucurinca donde la vida es caliente pero tranquila. Y en esa finca: mango, vacas, palma, banano, y una casa llena de butacos, mecedoras y sillas coloridas. Algunas tejidas en plástico, otras en zuncho y otras en mimbre; sillas frescas y cómodas, todas con estructura en hierro—apenas hechas para sobrevivir al letargo del medio día. 

Por la controversia y las reacciones que tuvo el video y algunas conversaciones que he tenido a lo largo del tiempo, la imagen de las sillas tejidas con muchos colores, al borde de una carretera, en alguna esquina de un pueblo tropical, o en el gran patio de una casa, es algo muy familiar. En Colombia, la silla tejida está grabada en nuestro inconsciente. 

Gracias a esos recuerdos, años después, mientras estudiaba en Bogotá, se me ocurrió que sería una buena idea rescatar de la memoria la silla tejida. Lleno de la inspiración diaria que da la vida tropical y llevado por varios referentes internacionales, recordé la silla Acapulco. Un gran ícono no solo de diseño, sino de técnica y por supuesto, de un lugar. Entonces empecé a imaginarme elementos propios que darían forma a una silla Caribe que en ese momento no era realmente nada ni nadie. Un clásico desconocido, una pieza sin diseñador y sin nombre que reflejara lo que hay aquí, apelando también a esa memoria colectiva, pero apareciendo como una pieza de diseño contemporáneo. 

De la Original Caribe Chair a la Original Caribe Brand 

Siempre ha sido importante para mi la idea de trabajar con lo que está disponible. Considero que no hay que ir tan lejos para encontrar los mejores materiales, la inspiración o a los  artesanos indicados, así que me fui para el taller de uno de mis tíos aquí en Santa Marta a tratar de reconstruir la silla que tenía dándome vueltas en la cabeza. Conseguí algunos tejedores que iban en bicicleta de casa en casa arreglando las sillas de la gente, y después de varios aciertos y desaciertos pudimos darle vida a la nueva silla tejida, nacía the Original Caribe Chair.

Hoy, casi diez años después, Tucurinca ha recorrido un largo camino en el mundo del diseño y mobiliario en Colombia. Y, controversia o no, a la gente le gustan nuestras sillas tejidas; algunos las compran, otros las copian. Trabajamos con tejido en fibras sintéticas y recicladas como el plástico o naturales como el guineo y el cienaguero paper cord. Hemos creado docenas de modelos y prototipos de muebles, butacos, lámparas, mecedoras y sillas; sillas que sirven para exterior o interior, para el comedor, la sala, los lugares de descanso, la casa entera. Estamos también en espacios comerciales como restaurantes, bares y hoteles. Muchas de estas creaciones las hemos inventado, otras se construyeron sobre algo que ya existía y se fueron refinando para ajustarse a nuestros estándares de calidad y de diseño. 

La evolución ha sido inmensa y nos sigue sorprendiendo todo lo que hemos crecido. Un día, de la nada, nos llamaron de la tienda de diseño del Moma en Nueva York porque querían vender nuestra Colorinche. Tiempo después llegaron los belgas a buscarnos y hace un par de años, aterrizaron aquí los alemanes que se convertirían en grandes aliados. Hoy, la silla tejida del Caribe, ha estado en más de  15 países. Vamos expandiendo y cada vez ganamos más terreno incorporando la inspiración local—los cuentos de la gente (y de nosotros), las costumbres de esta tierra, sus olores, paisajes, colores. Seguimos trabajando para darle vida al universo Tucurinca y vamos adaptándonos al movimiento orgánico de la marca Caribe que hoy quiere ser más que una silla. 

 

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