A chair from NY



A chair from NY

No siempre creo una silla de cero, la inspiración no es exclusiva. Tomo cosas que veo las modifico desde los conceptos que conozco y defiendo. Todo o casi en su mayoría está sujeto a estímulos que encuentro en revistas, instagram, viajes o en la calle, la cotidianidad genera unas perceptivas amplias.

En 2019 cuando estuvimos en Wanted Design NY pase por una tienda de antigüedades. Estaba full de sillas, empecé a ver y pillé estas. Una silla plegable, habían varias pero este par estaba especial. Como la podía recoger supuse era fácil meterla como equipaje en el avión y listo. Compré un par y me la traje pa Santa Marta pensando en una historia. Desde Brooklyn a Santa Marta. Bien dicho sea de paso, tengo una fijación en lo apilable, plegable, modificable.

Las saqué a un paseo por Brooklyn y tomé un par de fotos con mi Pentax k1000 y una película hp5 que después llegó a Chengue.

Me gusta la idea de la silla plegable, por look y por facilidad. Siento que genera una sensación de ocupación práctica. Algo así como una comida rápida en silla. Pensé que con una plegable sería posible hacer envíos por avión para facilitar todo e inundar a Brooklyn de sillas Tucurinca. Esta era la idea en aquel momento y la inspiración venía de varias partes:

    • La estética de la silla
    • La funcionalidad, fácil de transportar, práctica. Una necesidad de Tucurinca para llegar más lejos.
    • Una buena historia. From Brooklyn To Santa Marta.

Me traje un par y fabricamos un prototipo que nos tomó mucho tiempo. Lo difícil de esta silla es que tocó fabricar casi que cada tornillo. Cada componente se hizo de cero, esos no se consiguen por ahí, por lo menos en Santa Marta no. Al final la silla terminó siendo excesivamente costosa. Entonces acabó siendo una silla con percepción de practicidad sutil pero costosa. Además la silla original es en aluminio, nosotros trabajamos acero que no es precisamente desde cero. Lo que hizo al prototipo pesar por ahí el triple de la original. En este punto en 2019, sepulté la idea del modelo.

La semana antes de la cuarentena tuve otra idea. Tomar el diseño de la silla plegable pero hacerla fija pero que apilara. Era distante de la idea original pero podía apropiarme de la estética y agregarle algo de la funcionalidad omitiendo la parte complicada.

 

En Octubre escribimos otro capítulo. Una nueva silla Tucurinca; A-chair-from-NY.

Una silla que parece plegable pero no es plegable, una silla cómo una comida rápida pero buena, fácil pero fina, una versión Tucurinca de la silla que traje de Nueva York, un recorrido que aunque modifica el modelo, no transforma el origen.

Texto y fotografía por Rafael Zúñiga, el man de Tucurinca // @pase_bonito

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