Llegando a la bahía de la Concha te metes a mano derecha, pasas con cuidado por la tribu de pescadores mototaxi hasta llegar a un camino escondido. Caminas por ahí unos 6 minutos hasta la primera cima. Ahí sientes un olor a bija, en ese momento vuelves a tomar la derecha y te metes al monte. De ahí en adelante no es más que buscarle el filo de la montaña, el lomo. Atraviezas el cerro por la cresta, son casi 4 horas.
En la Cima se ve todo, son mas o menos 500 metros de altura, vez la Salina a mano Izquierda, la Madre Vieja a mano derecha, en el centro de todo un pequeño hospedaje. Hospedaje Bernabé. Así llegas a la Salina.
Pasa a saludar a Bernabé y despues atraviesas la Madre Vieja que por lo general esta parcialmente seca, subes un cerro empinado y rocoso. Por ahí llegas a la Bahía Gairacax.
Caminando por las trochas del bosque seco aprendí que toca gestionar el peso y el volumen. Los litros de agua y las cámaras que pesan para que no falte vida ni un buen registro. Una barra de tamarindo es energía en kilo, poca ropa y menos chécheres.
El peso y el volumen hay que manejarlo. La carga son tus pecados, tus excesos. En la medida que te niveles aprendes a llevar lo que te sirve, y, lo que te guste. Cuando te sobra lo llevas con arrepentimiento, a veces es mejor dejar cosas en el camino.
A simple vista es una toalla pero puede ser mucho mas.
En una noche fria es una cobija, en una hamaca incómoda una buena almohada. Con el sol ardiendo es la mejor sombrilla o hasta un mantel pa poner la comida.
Una bufanda, una balaca, una falda. Una toalla. Una toalla que en la selva aprende que es mas que eso.
Para tucurinca es un pensamiento, una identidad, un tejido. Es un símbolo, un logo. Se estira y se encoge como un tejido, es el cordon entrelaza y aprieta o se agua y se suelta. Una turba de colores que da sentido a una estructura de hierro. Eso hace el color de Tucurinca.
La toalla de Tucurinca. Disponible en www.tucurinca.com.co/toalla-tucurinca
Texto y fotografía por @pase_bonito